Reseña de Sangre y Cosmos: una crónica literaria de Saint Seiya desde el Santuario

Con Sangre y Cosmos, Enrique Garel propone un ejercicio singular dentro de la muchas publicaciones dedicadas a Los Caballeros del Zodiaco: una doble obra, en versiones “anime” y “manga”, que se presenta como un compendio narrado desde el futuro, situado en la antesala de la próxima Guerra Santa, aquella que tendría lugar en el siglo XXII. El recurso elegido para articular el relato es, sin duda, uno de los mayores aciertos del proyecto: un narrador omnisciente en primera persona que se autodenomina El Cronista del Santuario, figura que establece desde el prólogo el tono solemne, reflexivo y autoconsciente que define al resto del libro.

Este Cronista dialoga directamente con Atenea, a quien dedica la investigación, adoptando una voz que recuerda deliberadamente a los historiadores y poetas del mundo clásico griego. La obra se construye así como una suerte de manual histórico-mitológico, que tiene como intención la de instruir a la futura reencarnación de la diosa sobre los acontecimientos de la última Guerra Santa del siglo XX. En este sentido, Garel demuestra un conocimiento profundo del material original y una clara intención de ordenar, depurar y presentar los hechos desde una perspectiva de sentido y singular, apegada principalmente al lore de la serie animada, al que reconoce como el material más aceptado y conocido por la mayoría de los seguidores de Los Caballeros del Zodiaco.

Pese a esto, esta decisión estilística también conlleva ciertos riesgos. En algunos pasajes, el autor introduce comentarios irónicos o guiños autoconscientes que, si bien pueden resultar simpáticos o incluso ingeniosos para parte del público, rompen momentáneamente la atmósfera épica y la gravedad del registro histórico que el propio Cronista ha establecido. Estos cambios en el tono no llega a desvirtuar a la obra por completo, pero sí genera un ligero conflicto interno entre la pretendida solemnidad y la ironía ocasional, una tensión que parece ir en contra de la premisa fundacional del narrador.

Uno de los elementos que más llama la atención sobre el planteamiento es que, pese a situarse en un futuro con evidentes avances tecnológicos, el Cronista continúe recurriendo al medio escrito como forma de preservar la memoria de la guerra. Esta elección, lejos de ser un descuido por parte del autor, refuerza el carácter casi ritual y sagrado del documento, subrayando la idea de la Historia como legado, como advertencia cíclica y como herramienta de sabiduría frente al destino recurrente de los dioses y los hombres del universo de Saint Seiya.
Desde el punto de vista editorial, Sangre y Cosmos destaca por su presentación claramente cuidada. Garel se permite una licencia claramente positiva al comisionar ilustraciones a Kike de Saint Seiya Gallery, que aportan identidad visual y coherencia estética al proyecto. En la versión manga, estas ilustraciones aparecen en tonos sepia, enfatizando el carácter de documento impreso, omitiendo, eso sí, que la obra de Masami Kurumada, Next Dimension, es un manga publicado a todo color. Por su parte, la versión anime opta por siluetas a color que recuerdan a la animación, generando un conjunto de gráficos de corte minimalista que caerán bien con los gustos del público contemporáneo. Especial mención merecen las dos portadas del proyecto, que presentan a los cinco protagonistas en idéntica composición, pero reinterpretados respectivamente bajo los estilos de Masami Kurumada y Shingo Araki, una decisión efectiva.

No todas las licencias creativas resultan igual de afortunadas bajo mi punto de vista. Una de las decisiones más discutibles es la inclusión de lugares de nacimiento y datos biográficos para personajes cuya información no ha sido establecida oficialmente. Aunque el propio libro advierte que se trata de “datos imprecisos, no fiables”, la elección resulta editorialmente cuestionable: ¿por qué completar ciertas fichas y no otras?, ¿con base en qué criterio se realizó esa selección? Al final, estos añadidos aportan poco al análisis histórico o narrativo y tienden a diluir el carácter casi académico del proyecto, acercándolo innecesariamente al terreno de la especulación fan, cuando el grueso del libro demuestra una investigación sólida y un planteamiento notablemente prolijo y riguroso.

En términos de contenido, la obra no revela información novedosa para el lector veterano: buena parte de los datos están disponibles en enciclopedias oficiales, guías y sitios web especializados. Sin embargo, el verdadero valor de Sangre y Cosmos no reside en el simple recuento de la historia, sino en las reflexiones que el Cronista comparte a partir de los caracteres, motivaciones y contradicciones de los personajes. Este enfoque aporta puntos de vista interpretativos interesantes y, en algunos casos, invita al lector a reconsiderar figuras y eventos desde ángulos menos recorridos, lo que refresca la experiencia incluso para quienes conocen de memoria la saga.
Actualmente disponibles en Amazon España, la edición manga se ofrece a un precio de 21,50 euros y la versión anime por 23,99 euros, esta última ligeramente más costosa debido al uso del color. Ambas ediciones cuentan con tapa dura; la versión anime consta de 131 páginas, mientras que la versión manga alcanza las 150, al cubrir un mayor número de personajes y acontecimientos.

Sangre y Cosmos es, finalmente, una obra realizada desde el amor y el respeto por Saint Seiya, escrita en español y pensada claramente para el público hispanohablante. Con sus virtudes y sus decisiones discutibles, el proyecto de Enrique Garel es un esfuerzo honesto, ambicioso y mayormente bien ejecutado, que merece ser leído, analizado y apoyado como parte de la producción de material que honra a la obra de Masami Kurumada más allá de Japón.